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Apero y vestimenta del huaso jinete

Solapas secundarias

Huaso jinete: origen y tradiciones


El huaso jinete se distingue de otros campesinos latinoamericanos por sus costumbres y características exteriores, como su vestimenta y apero. Ambos aspectos han estado siempre ligados al caballo chileno y su uso en las faenas rurales.

Los españoles trajeron a Chile el caballo andaluz, de pequeño tamaño, vigoroso ancho de cuerpo, resistente y sumiso. El rigor del campo, la lluvia, los caminos sinuosos y las grandes cargas de transporte habrían ensalzado esas características.

Se formó así el ejemplar chileno, bajo y musculoso, trabajador y obediente, y para él se hicieron accesorios específicos, destinados a adaptarlo al trabajo.

Junto al él se introdujeron las técnicas de su domesticación y dominio, englobadas bajo el concepto de escuela ecuestre o jineta. Ésta evolucionó de diversas maneras en América según las imposiciones locales y luego nacionales.

"El huaso entronca aquí sus raíces más lejanas, en el fondo es un resultado de la aclimatación en nuestro medio de la escuela de la jineta, con todas sus variaciones, elementos y características, en su espíritu y en sus formas" (Lago, 1999: 21).

El campesino de la zona central de Chile tuvo una estrecha relación con la tierra, ya fuera como latifundista, pequeño propietario, el arrendador, inquilino o peón, estableciéndose una estrecha relación entre tenencia de la tierra y jerarquía.

De allí que su indumentaria refleje la posición de quien la luce: el elegante o jinete con sus aperos completos y bien labrados; el modesto, preparado para el trabajo; y el peón o gañán, más rústico y mejor preparado para las labores agrícolas que ganaderas.

En el siglo XX el campo se vio modificado por la incorporación de nuevas tecnologías y la reorientación de la producción hacia mercados externos.

Paralelamente, el norte minero necesitaba de mano de obra barata para la extracción de salitre, lo que incidió en la ruptura de relaciones sociales típicas como el inquilinaje y el peonaje.

Esos procesos históricos disminuyeron el impacto de las labores agrícolas y ganaderas en la vida de los habitantes de la zona central. Hoy la figura del huaso convive con otras para dar cuenta de la diversidad de personas y oficios que existen en Chile.

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